*** ¿Cuarta Transformación o Involución?
Con el presidente Andrés Manuel López Obrador se puede o no estar
Lo que hemos vivido estos meses es un daño veloz al régimen institucional. En poco tiempo el mandatario ha debilitado de manera importante las instituciones. Más allá de demostrar certeza y capacidad, sus juicios revelan que parte fundamental de su proyecto político es eliminar las instancias que le estorban. Lo peor de todo es que para su gobierno, la preparación y el conocimiento son irrelevantes. Lo que realmente le interesa es su propia obstinación.
Como muestra un botón. Cancelar la construcción del aeropuerto de Texcoco apeló más al capricho de destruir la obra más importante de Enrique Peña Nieto que a los razonamientos. Dicha cancelación fue una promesa de campaña, y con tal de cumplir no se detuvo a estudiar el contenido del proyecto.
De ninguna manera idealizo la administración de Peña Nieto. Sé igual que muchos que el sexenio pasado fue el más corrupto de los últimos años. Sin embargo, tuvo cuadros técnicos de gran competencia. Y el proyecto del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México fue realizado con mucho profesionalismo.
Para empezar la selección del lugar se llevó a cabo con base a estudios técnicos y de factibilidad realizados por organismos importantes y de buen prestigio como la Organización de Aviación Civil Internacional, la Asociación de Transporte Aéreo Internacional, la corporación MITRE, Arup, el Instituto Politécnico Nacional, la Universidad Autónoma de Nuevo León y la UNAM.
Por otro lado, el NAICM cuenta con un proyecto hidráulico que previene inundaciones de comunidades cercanas, garantiza su viabilidad a largo plazo y restaura parte del ambiente originario de la región. Dicho proyecto se centra en el saneamiento y la rehabilitación de canales, así como en la construcción de nuevas plantas de tratamiento y lagunas de regulación.
El proyecto inició como tal en noviembre de 2013 y se estimó una inversión total de 13 mil 300 millones de dólares. De acuerdo con los datos técnicos, nada más en su primera etapa (2022), el NAICM contaría con una capacidad de 70 millones de pasajeros y 540 mil 500 operaciones anuales. Cifras que representan más del doble en cuanto a traslado de pasajeros y al menos un 30 por ciento superior en operaciones actuales que maneja el viejo aeropuerto.
En cuanto al financiamiento, el NAICM era autofinanciable ya que combinaba recursos gubernamentales y privados. Éste último se obtuvo por medio de la emisión de bonos garantizados por los ingresos de la Tarifa de Uso de Aeropuerto (TUA), un derecho que pagan los usuarios. Para agosto de 2018 se había obtenido el 70 por ciento del financiamiento de la obra. Y para 2030 se pronosticaba que el aeropuerto dejaría al gobierno federal ganancias superiores a mil millones de dólares anuales.
Pero al ser cancelado, el gobierno de López Obrador terminó por ocasionar pérdidas en las finanzas del país. Por ejemplo, en marzo pasado la SCT anunció el pago de 34 mil millones de pesos a los tenedores de los bonos de Fibra E, cuando en marzo de 2018 el anterior gobierno consiguió 30 mil millones de pesos, es decir, el gobierno de AMLO pagó 4 mil millones de pesos más por un aeropuerto que no se construyó.
Según estimaciones del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), la cancelación implicará un costo para el país de 270 mil millones de pesos, tirados a la basura.
Ahora, pretender construir el aeropuerto en la base aérea de Santa Lucía no es algo nuevo, se quiso hacer a mediados de los noventa y a principios del dos mil, pero los estudios, como el que presentó en agosto de 1995 el general Juan Arturo Villasana Castillo, entonces comandante de dicha base militar, han reportado su inviabilidad y riesgo.
Irónicamente, el principal opositor del NAICM e ingeniero consentido de AMLO, José María Rioboó, vio un lago en Texcoco que no existe y no el Cerro de Paula en las inmediaciones de Santa Lucía que afecta las pistas civiles que se quieren construir. De risa loca: defendió el terreno donde alguna vez hubo un lago (haciendo alarde de muy ecologista) y ahora utilizará varios miles de millones de pesos para destruir ese cerro que alberga flora y fauna.
Santa Lucía también es susceptible a hundimientos y no cuenta con estudios al respecto, ya que se encuentra sobre un acuífero sobreexplotado y la conversión de terrenos agrícolas a urbanos acentuará más ese problema.
Lo peor del caso es que el presidente ha anunciado que el aeropuerto de Santa Lucía iniciará en junio próximo cuando ni siquiera tiene el estudio de aeronavegación y cuando el del Centro de Investigación MITRE informa sobre los mayores costos de operación, la falta de conectividad y el embotellamiento aéreo que conlleva construir en esa base aérea.
Esto es el presidencialismo de López Obrador, que arrasa con la ocurrencia. Y por la ocurrencia de cancelar el aeropuerto de Texcoco, quedamos ante la mirada del mundo como los grandes idiotas de la globalización.
De acuerdo. Aceptar o rechazar sus decisiones de gobierno. Pero sabiendo que en tema de gobernabilidad importa tanto la forma como el fondo, es difícil aprobar los procedimientos con los que pretende inaugurar el cuarto nacimiento de la patria.
OTRO CAPRICHO
Todo esto viene a mención ya que el jueves 25 de abril, Andrés Manuel anunció que también cancelará las Zonas Económicas Especiales sin otro motivo aparente que el hecho de ser un proyecto de Peña Nieto.
Las ZEE son, en esencia, áreas geográficamente delimitadas, ubicadas en algún lugar del país donde existen ventajas naturales y logísticas para convertirse en una región altamente productiva. El fin de crearlas es elevar la productividad a nivel regional y que sus habitantes tengan las mismas oportunidades de desarrollo y bienestar que los del resto de México.
¿Funcionan? Sí.
En China, verbigracia, se han convertido en uno de los principales motores de desarrollo económico, que han coadyuvado a reducir la tasa de pobreza extrema de 67 a 17% y en gran medida influyeron en elevar la tasa de crecimiento promedio que ha rondado entre el 8 y 10 por ciento en los últimos años. Eso cuando en México el crecimiento fue del 2% en 2018 y para 2019 se pronostica en un 1.5%.
Según cifras del Banco Mundial, China es la segunda economía más grande del mundo. Y es a través de las ZEE que se explica el liderazgo de ese país en exportaciones y el crecimiento económico tan dinámico que ha presentado en las pasadas décadas.
En 1978, inició declarando seis ciudades como ZEE. Hoy, están establecidas en más de mil quinientas ciudades de la costa, del interior y de las fronteras del gigante asiático.
En la actualidad, el 50 por ciento del Producto Interno Bruto de China es generado por las ZEE. Su auge productivo ha tenido un fuerte impacto que ha demandado al gobierno chino la construcción de aeropuertos, carreteras, nuevos caminos, puertos y ferrocarriles para movilizar los insumos y los productos terminados a todos los rincones del mundo.
Las siete Zonas Económicas Especiales aprobadas en 2016 por Peña Nieto, implican una inversión estimada en 7 mil millones de dólares en economía productiva enfocada en la generación de cadenas de valor, el aumento de exportaciones, la generación de empleo y el aumento de la productividad.
Y AMLO las quiere cancelar a pesar de que ya hay promesas de inversión por al menos 2 mil 700 millones de dólares a corto plazo. En algunos casos sólo falta el permiso de la autoridad federal para iniciar los trabajos. Asimismo, varias empresas han demostrado la intención de invertir 8 mil 600 millones de dólares en ellas. Aparte existe una perspectiva para los próximos veinte años de cerca de 45 mil millones de dólares.
Al respecto, ¿de dónde sacó el presidente que las ZEE no beneficiaron en nada si de la persona que puso al frente del proyecto, Rafael Morín Mollinedo, no hay registros de alguna actividad desde el 11 de enero?
Lo que se sabe es que la cancelación afectará de manera inmediata las fuentes de empleo, los costos de los productos y se perderán los miles de millones de dólares ya invertidos.
Las ZEE están en riesgo de correr la misma suerte del NAICM: ser parte del basurero de López Obrador. ¡Chao!
@_MarioCaballero

No hay comentarios.:
Publicar un comentario